X-Men : Guepardo

Es el comienzo de X-Men orígenes: Lobezno, donde descubrimos a Lobezno de niño, amenazado por su hermano y cuidado por su padre.

Los hermanos mutantes deben huir de la casa y pronto se convierten en soldados sanguinarios, disfrutando de las batallas de la segunda guerra mundial, de la guerra de Vietnam, como si aun fueran esos niños que conocimos minutos atrás, jugando a la guerra con los adultos. Pero hay un problema: Víctor, el hermano de Lobezno, ha dejado llevarse por su lado animal.

Interpretado por Liev Schreiber, Víctor es uno de los personajes más interesantes de un film plagado de seres fascinantes. Víctor es pura animalidad. Un mutante que se cree hombre-lobo y que disfruta de sus poderes como lo hubiera hecho el súper hombre de Nietzsche. Con la misma pasión ama a Lobezno, su hermano, su única ligazón con la humanidad.

Cuando son reclutados por una agencia secreta descubrimos a muchos más personajes interesantes: Ryan Reynolds interpreta al típico soldado que imaginamos en MASH: locuaz y neurótico, para luego convertirse en el poderoso Wade Wilson, imparable con sus sables samurai. Danny Houston por su lado, interpreta a William Stryker, un personaje engañoso: al mismo tiempo débil y poderoso. Daniel Henney por su lado blande dos pistolas certeras, mientras que Kevin Duran interpreta al soldado nihilista, pero con golpes de derecha capaces de atravesar paredes. Un grupo perfecto para un film emocionante.

El filme adquiere mejores matices en los escasos momentos en los que vemos al grupo reunirse (en particular en el enfrentamiento del reactor, un claro homenaje a la batalla contra Darth Maul en "La amenaza fantasma" de George Lucas) pero la mejora no es suficiente para quitarnos el mal sabor de boca que deja la trama.

La única esperanza es que el filme, pensado como díptico, mejore en la secuela. La esperanza de ver al equipo nuevamente y la posibilidad de ver a Víctor, son suficientes para recomendar X-Men orígenes: Lobezno como un filme entretenido, que deja las piezas puestas para una gran partida.